2010
Poesía
levanto la persiana
para descubrir
la brasa incandescente
del cemento
el turbio vaho que se eleva
ma chacona mente
y que me arrastra //fuera
de la noche //del sueño
del olvido
corro la cortina
para enfrentarme
y enredados en almohadas
quedan los vapores del insomnio
los ojos absurdos que miran
más allá de los recuerdos
cuando caen
las horas del mundo
abro la ventana
con una taza de café
palpo// el petróleo en el aire
con un atisbo de valentía
y un resto de angustia agujereado
el cuerpo en vigilia de nada
transido de desasosiego
corro el telón
hacia la vida
que me alcanza trepa
estalla.
tengo cenizas en la garganta
tengo la garganta llena de cenizas
que no dejan decir la verdad
y miro a mi alrededor
observo al hombre
//me observo
y se ahogan las palabras
y así //de golpe// me encuentro
frente a la pared desnuda
porque
si hay cenizas en mi voz
y se tiñen de plegaria
mis palabras
porque
si estiro mi mano
hacia la balanza
y //escondo bajo la almohada
el arcabuz
es que espero//
salvarme
de la hondura.
señalo en la arena mi límite
y me detengo a observar
si las olas me ganan
juego
juego //así como juegan
los niños con sus
castillos de arena// y
en cada vayven // la sal sube
coloniza //y se hace carne
empujo la brasa con la rama
la separo //determino
su agonía //y juego
juego// mientras las llamas queman
mientras el fuego conquista
y destruye
juego// como juegan
los niños con los fósforos
aprieto a fondo llevo
mi pie derecho al extremo
exploto el límite de velocidad
y juego
juego con el viento
que me penetra// con el movimiento
mecánico del auto
juego //como juegan
los niños en la montaña rusa
escandalizo la poca cordura
los restos mortuorios de la tradición
sublevo sus escombros
juego
juego// y me siento Dios
dispongo de mi vida
y la estremezco
la llevo al límite
pero ella siempre gana.
Léonie Garicoïts